Todo lo acontecido este verano en el asunto Mbappé ha servido para que el fichaje de Bellingham pasase a un segundo plano durante demasiado tiempo. Como madridista aún me estremezco al recordar lo improbable que resultaba, desde un punto de vista meramente racional, el fichaje de Jude Bellingham por el Real Madrid. Por el jugador inglés preguntaban todos los días el Liverpool de Klopp y el Manchester City de Guardiola. Ambos lo ansiaban y creía tener argumentos suficientes para convencerle. Klopp llama a su Borussia en busca de la luz verde, pero encontraba que el conjunto alemán depositaba la decisión en el propio jugador.
Por su parte, Guardiola y Haaland llamaban a Bellingham para convencerle. Guardiola no dudaba en utilizar los mismos argumentos que le habían servido el año pasado con Erling: «No vayas al Madrid, ahí está Benzema. Ya tendrás tiempo», pero esta vez ponía los ejemplos de Kroos y Modric. Para sorpresa de muchos, Bellingham le pidió al Borussia Dortmund que sólo negociase con el Madrid, no contemplaba otra opción por mucho que le deparase más dinero o volver a su país de origen.
Bellingham había sido el mejor jugador de una Bundesliga que sólo se le escapó por su propia lesión en las últimas jornadas. Sin embargo, un fichaje en junio siempre luce menos que en agosto y a muchos se les olvidó el jugador que estaba contratando el Madrid. Su presentación fue de matrícula de honor y la nota no ha bajado nunca ni fuera ni dentro del campo. Recién cumplidos los 20 años, Jude está jugando en una posición nueva para él.
Bellingham es el ‘9’
La falta de un nueve de campanillas en el conjunto madridista y la visión de Ancelotti, le han otorgado una posición en la mediapunta que le da licencia para todo. Tiene una libertad total que está empleando para ir a un ritmo de gol por partido. Goles decisivos que explican la posición de privilegio a nivel clasificatorio que tiene el Real Madrid en estos momentos.
Ayer ante el Unión Berlín, Jude lo volvió a hacer. Un gol casi idéntico al convertido en idénticas circunstancias ante el Getafe. Un gol que le dio una victoria a su equipo y que le permitió volverse a fundir con un público absolutamente entregado a su nuevo ídolo. Cuesta recordar un impacto similar en un fichaje, de hecho sólo se me ocurre Cristiano Ronaldo y ya sabemos cómo siguió la historia.
